Un grupo de científicos internacional ha descubierto dos anticuerpos, el PG9 y el PG16, que certifican, por primera vez, una vulnerabilidad del virus del sida. La investigación, desarrollada por el Instituto Scripps y el grupo Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el sida (IAVI), revela que estos nuevos anticuerpos son más potentes que los descritos hasta ahora y que, dada su efectividad, podrían facilitar el desarrollo de una vacuna contra esta enfermedad ya que atacan un punto nuevo y más accesible del VIH.
Los anticuerpos son los primeros que se han aislado en donantes de países en vías de desarrollo. Esto supone un hecho de gran relevancia, ya que es en estos lugares donde ocurren la mayor parte de los nuevos casos de sida. Para realizar este estudio, se analizaron las muestras de 1.800 voluntarios contagiados de países subsaharianos, Tailandia, Australia, Reino Unido y Estados Unidos. Los científicos se centraron en la búsqueda de anticuerpos capaces de bloquear la infección, para lo que utilizaron un nuevo método denominado "ensayo de microneutralización".
Según el informe, el PG9 y el PG16 atacan una región del virus del sida que infecta las células y que contiene glicoproteínas con capacidad de neutralizar un ataque inmunológico. Este ataque se centra en regiones virales que no se han modificado, lo que explicaría su gran capacidad de neutralización del virus.
El sida es una de las epidemias más letales de la historia de la humanidad. Según datos de la OMS, se calcula que se ha cobrado la vida de 25 millones de personas desde que se identificara la enfermedad en 1981. Las estimaciones actuales consideran que existen en el mundo alrededor de 40 millones de personas infectadas, cuyas dos terceras partes habitan en el África subsahariana. Además, las previsiones de Naciones Unidas respecto a la evolución de la enfermedad no son nada halagüeñas, aseguran que "lo peor está por venir".
